Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informaron que el 42 por ciento del agua potable que hay en la Ciudad de México se pierde en fugas.
Señalaron que la sobreexplotación de los mantos acuíferos en la Ciudad de México provoca el hundimiento del suelo y por ende las fugas de agua.
Cecilia Lartigue, coordinadora del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua de la Universidad, explicó que más del 60% del agua que se utiliza en la capital del país se extrae de mantos acuíferos, cantidad que es el doble de lo que se recarga de manera natural, situación que ocasiona el hundimiento del suelo en el orden de 10 a 40 centímetros al año.
Esta compactación del suelo –dijo- provoca la fractura de tuberías y fugas de agua potable, que es una de las mayores quejas de los habitantes de la Ciudad de México.
“Además de implementar programas para promover la corresponsabilidad ciudadana del ahorro de agua, es necesario reparar y dar mantenimiento a las fugas, pues se pierde el 42 por ciento del líquido potable. El consumo por persona es de aproximadamente 250 litros al día y podría ser reducido a 150 litros para satisfacer todas las necesidades”, apuntó.
Tuberias antiguas en a CDMX
En este sentido, Sergio Rodríguez, investigador del Instituto de Geología, indicó que las tuberías de la Ciudad de México tienen más de 50 años de antigüedad.
“Y no sólo es una cuestión de antigüedad, también influye el tipo de material utilizado. Es importante destinar mayores recursos económicos para brindar el mantenimiento adecuado. Una alternativa es implementar tuberías flexibles con tecnologías que resistan el movimiento del suelo para que se reacomoden gradualmente con la subsidencia”, propuso.
Cecilia Lartigue indicó que las estrategias implementadas para contrarrestar la sobreexplotación de los mantos acuíferos son la recarga artificial y el tratamiento residual del agua para su reutilización. Sin embargo –dijo-hay un problema, pues esto tiene altos costos económicos y la emisión de Gases de Efecto Invernadero que son emitidos durante el proceso.
Sergio Rodríguez comentó que el crecimiento irregular que hay en la ciudad es otro factor que afecta a la reabsorción pluvial, por lo que, a partir de un Plan de Desarrollo Urbano, se recomienda dejar una zona no construida en todos los inmuebles para infiltrar el agua, y que ésta pueda regresar a los mantos acuíferos, pues el concreto obstruye la recarga.