El trasplante de órganos suele ser la última esperanza para quienes enfrentan enfermedades graves e irreversibles. En el marco del Día Nacional de la Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, es importante destacar los retos, principalmente económicos que enfrentan los pacientes que esperan un trasplante.
De acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), en México hay más de 23 mil personas en la lista de espera para recibir un órgano o tejido, las autoridades sanitarias reconocen que de todos estos pacientes, sólo 7 mil lograrán acceder a este procedimiento vital para mantenerlos con vida.
Más allá de las cifras, detrás de cada caso hay una historia de lucha, de esperanza, pero sobre todo, de grandes desafíos.
La Organización Mundial de la Salud indica que para satisfacer la demanda de órganos, se necesita de la disposición de 20 personas por cada millón de habitantes. Esta cifra no es alcanzada en la mayoría de los países y, en México, sólo se llega a un promedio de nueve donadores por cada millón de habitantes.
Lo anterior, ocasiona que muchas personas mueran antes de poder recibir el órgano que tanto necesitan, según explican especialistas de la Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Retos económicos para lograr un trasplante en México
Recibir la noticia de que se ha encontrado un donante compatible, después de meses o incluso años de espera puede ser un sueño hecho realidad, se trata de un rayo de esperanza para las familias, una señal de que la vida puede continuar. Pero ese alivio a menudo se ve empañado por una realidad que muchos no prevén: el costo económico del trasplante.
No se trata solamente de la cirugía, que ya de por sí puede ser inaccesible para muchos, sino de todo lo que viene después: los medicamentos inmunosupresores que en algunos casos deben tomarse de por vida, las constantes revisiones médicas, y los cuidados especiales para evitar complicaciones.
El financiamiento en este proceso se convierte en otra barrera tan difícil de superar como la de encontrar un donante. Las familias deben lidiar con este doble golpe, mientras ven cómo la salud de sus seres queridos depende no sólo de la medicina, sino también de su capacidad para reunir fondos.
Tal es el caso de Jazmín Parra, Alfonso Domínguez, Luis Radilla y Ana Sarabia, quienes distan en edad, ocupación y ciudad de origen, pero todos ellos tienen algo en común: están en proceso de ser trasplantados, pero las barreras financieras han frenado la operación que podría salvar su vida.
¿Cuánto cuesta un trasplante en México?
Jazmín necesita 160 mil pesos para poder tener un riñón y dejar atrás la hemodiálisis.
Alfonso necesita un trasplante de hígado y riñón para poder seguir adelante por lo que necesita reunir un millón 500 mil pesos.
Luis, de 21 años, necesita un trasplante de médula ósea en la CDMX, la cifra es inalcanzable económicamente para su familia, por lo que buscan apoyo para seguir adelante a través de una recaudación de fondos.
Ana, enfrenta la pérdida de visión y el trasplante de córnea tiene un costo de 250 mil pesos para recuperar la vista y calidad de vida.
A través de estas cuatro historias, vemos la urgencia de un trasplante pero también las duras realidades económicas que muchas veces no salen a la luz, esenciales para que la compatibilidad con un donante no se convierta en una oportunidad perdida. Han puesto parte de su esperanza en la comunidad confiando en que, con su ayuda, podrán salvar su vida.