Durante la primera semana de agosto se celebra la Semana Mundial de Lactancia Materna, cuyo propósito es crear conciencia sobre la importancia de la lactancia, los retos que enfrentan las mujeres y sus familias, e invitar a la acción para atender dichos retos.
Este año el lema es ‘Cerrando la brecha: apoyo a la lactancia materna en todas las situaciones’, destacando la importancia de que todas las mujeres reciban apoyo para lactar sin importar su situación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el inicio de la lactancia materna durante la primera hora de vida, su continuación de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida y, posteriormente, de forma complementaria con otros alimentos sólidos hasta los dos años.
La lactancia impacta positivamente la salud, el desarrollo y la supervivencia infantil y la salud del individuo a lo largo de la vida. Si los niños fueran amamantados, según estas recomendaciones, se podrían prevenir aproximadamente 800 mil muertes infantiles al año. La lactancia también impacta la salud materna, reduciendo el riesgo de cáncer de mama y ovario y enfermedades cardiovasculares. Se estima que, alrededor de 100 mil muertes maternas, por las enfermedades mencionadas, pueden ser prevenidas.
En muchos países, la mayoría de las mujeres decide amamantar, pero enfrentan importantes obstáculos en múltiples niveles, que interfieren con su capacidad para hacerlo el tiempo recomendado o deseado. Las inequidades en la lactancia son un asunto de justicia social, ya que las mujeres en situaciones de vulnerabilidad, como las que trabajan en el sector informal, enfrentan barreras estructurales que les impiden amamantar el tiempo que desean.
En México, las prácticas de lactancia distan de las recomendaciones internacionales, especialmente en ciertos grupos. Las mujeres con empleo remunerado formal o informal tienen 20% menos de probabilidades de amamantar, 10% menos de probabilidades de iniciar la lactancia en la primera hora de vida y 20% menos de probabilidades de amamantar exclusivamente, en comparación con mujeres sin empleo remunerado.
El regreso al trabajo es una de las principales razones para el cese de la lactancia materna. Por ello, se promueven estrategias como las licencias de maternidad pagadas, la reducción de la jornada laboral y los periodos destinados para la lactancia durante la misma.
Lactancia materna en mujeres del sector informal se complica
Las mujeres en el empleo informal suelen ser las más vulnerables económicamente. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) describe este empleo como aquel sin protección o cobertura adecuada por acuerdos formales.
En México (2023), el 56% de las mujeres trabaja en el sector informal, lo que significa que más de la mitad de las mujeres empleadas no tiene acceso a programas de seguridad social como los del IMSS o el ISSSTE.
Asimismo, no cuentan con contratos oficiales ni con las prestaciones sociales de los trabajos formales, como seguridad social, aguinaldo, vacaciones pagadas o protección a la maternidad. Esto implica que, no cuentan con licencia de maternidad pagada, periodos para la lactancia, reducción de la jornada laboral, ni acceso a guarderías, como lo estipula la Legislación Mexicana.
En resumen, la falta de protección social en el sector informal representa una barrera estructural que limita el derecho y la capacidad de las mujeres para amamantar. Si queremos contribuir a apoyar la lactancia para todos y cerrar las brechas en México, es urgente identificar mecanismos de protección social para las mujeres en el sector informal.