Esténtor Político
En los últimos 30 años, de 1994 a 2024, los gobiernos de México no han reducido significativamente la pobreza en relación con otros países, porque la economía nacional apenas creció poco más de 2% en las cuatro décadas pasadas (1980-2022), a diferencia de otras economías parecidas a la nuestra. El Banco Mundial (BM) ha sido contundente al recomendar a los gobernantes de México que propicien el crecimiento económico mediante la superación de ‘limitaciones estructurales, cargas regulatorias y cuellos de botella en infraestructura’.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estimó que en el primer trimestre de 2024 la economía mexicana creció 0.2%, pero dos meses después, el 23 de mayo, aclaró que, en realidad, el alza había sido del 0.3%, tasa de crecimiento trimestral insuficiente para cumplir la meta de 4.5% anual.
Las proyecciones más recientes del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DESA), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), advierten que ‘las perspectivas económicas de América Latina y el Caribe se están deteriorando’, que el crecimiento se está deteniendo, y la inflación está retrocediendo. También prevén que, en 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) repuntará a 2.3%, luego de que se desaceleró la economía mundial; y en términos generales alcanzó apenas 2.4%, debajo del 2.7 estimado en 2023.
Esta crítica situación no permite prever con claridad cómo podrá corregirse el rumbo económico del país y, asimismo, ha inducido a algunos analistas nacionales e internacionales a proponer una revisión integral de las políticas fiscal, industrial y monetaria del Estado para que le ‘ponga el cascabel al gato’ y se recupere la senda del crecimiento en beneficio de los mexicanos condenados a la desigualdad y la pobreza.
Desde los años 90 del siglo pasado, casi todos los expresidentes, incluido AMLO, no cumplieron con los compromisos de un desarrollo sostenido e integral, que abatiera la marginación generalizada del pueblo y lo proveyera de todos los servicios indispensables para gozar de buena salud, educación y seguridad pública.
Ésta es la razón por la que hoy 90 o 100 millones de mexicanos viven en situación de pobreza, mientras sus gobernantes responsabilizan a sus antecesores por la falta de crecimiento económico, la corrupción, el COVID-19, culpando a los jueces y magistrados, a los organismos autónomos, a las organizaciones sociales y civiles… a todas las instancias contrarias, menos a su administración.
Está por comenzar un segundo gobierno sexenal en manos de Claudia Sheinbaum; analistas políticos aseguran que gobernará conforme a las instrucciones de AMLO, su mentor y exjefe de campaña electoral. Si éste fuera el caso y el próximo gobierno resultara una calca del anterior, nada cambiará para la gran masa trabajadora y la mayoría de los mexicanos, seguirán en la pendiente del empobrecimiento y el desempleo masivo; los salarios permanecerán bajos e insuficientes; será constante el alza de los precios de los productos de la canasta básica; no habrá medicamentos, obras de servicio urbano social básico como clínicas de salud, atención a viviendas, carreteras, pavimentaciones y no volverán a funcionar las instituciones encargadas de prevenir y atender eficientemente epidemias, desastres naturales, sismos y huracanes.
¿México tendrá, con el nuevo gobierno, desarrollo económico y se atenderán, ahora sí, los graves problemas de los mexicanos? Probablemente, Sheinbaum desaparecerá o reconfigurará organismos autónomos como el Instituto Nacional de Acceso a la Información, el Instituto Nacional Electoral, la Comisión Federal de Competencia Económica, el Inegi, etc. Pero con todo bajo su control y ante una oposición inexistente, la Presidenta posee una mejor alternativa que la de dejarse mangonear por AMLO: cumplir lo que prometió y escuchar los reclamos de atención y justicia del pueblo mexicano.
Si esto no ocurre, el segundo sexenio de Morena podría ser el último. Las opiniones y los análisis políticos hasta hoy no confirman que Claudia Sheinbaum llevará a México por un desarrollo económico en favor de las clases populares, sino más bien prevén que su gobierno tampoco tocará a los ricos ‘ni con el pétalo de una rosa’ y que, igual que su mentor, estará al servicio de ellos.
Por lo pronto, los mexicanos debemos estar atentos a lo que ocurra y buscar la verdad de las cosas, pues sólo de ese modo podremos unirnos y organizarnos para actuar en una sola dirección y como un solo hombre. Por el momento, querido lector, es todo.