Esténtor Político
El 25 de noviembre se cumplió un mes del desastre provocado por el huracán Otis sobre Acapulco y Coyuca de Benítez; cientos de miles de guerrerenses todavía no se han recuperado porque los gobiernos morenistas de Evelyn Salgado y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no han asumido la responsabilidad social que les corresponde frente a ese terrible flagelo natural.
El dolor aún no cede en Acapulco, sobre todo en las colonias y los pueblos donde la muerte, según la cuenta oficial, fueron 50; pero que a decir de las funerarias privadas fueron al menos 350, cifra que contraviene la difundida por el presidente quien, desde que llegó a Palacio Nacional, ha convertido a la mentira en su principal herramienta de gobierno.
En cifras redondas se plantean más de un millón de personas con afectaciones patrimoniales y la pérdida de infraestructura física y comercial por unos 15 mil millones de dólares, cifra que no contempla los severos daños que el huracán provocó en los cultivos de maíz, mango y limón en los 47 municipios de la región costera de Guerrero; ni 11 mil 500 de las 50 mil viviendas que resultaron destruidas en la Bahía de Acapulco; ni 80% del sector hotelero pequeño, mediano y no monopólico, que resultó terriblemente dañado, así como hospitales y clínicas de salud púbica que debido a la falta de personal médico y medicamentos no pueden enfrentar una epidemia de dengue 50% más agresiva que la de 2022.
La Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) reveló que el mayor problema que hoy enfrentan los guerrerenses de Acapulco, Coyuca y otros municipios, está determinado por la destrucción casi total de 280 mil viviendas, la falta de electricidad, agua y conectividad en casi medio millón de hogares.
¿Por qué los gobiernos estatal y Federal han tardado tanto en siquiera limpiar las calles? La AMPI responde y agrega que la Secretaría del Bienestar ‘incluyó’ a los afectados en una lista para recibir dos apoyos: unos por ocho mil pesos y otros entre 35 y 60 mil pesos, según los daños de las viviendas. Sin embargo, hay que destacar que la mayoría de los damnificados desconoce estos detalles de la entrega, y otros denuncian que no fueron considerados.
El apoyo para limpieza de las calles y los barrios es por ocho mil pesos, empezó el miércoles 29 de noviembre y terminará el próximo siete de diciembre, pero no se plantea la aplicación de un padrón, tampoco prevén a beneficiarios para la reconstrucción de viviendas y locales comerciales, cuyos apoyos serán entre 35 y 60 mil pesos, su primera entrega se hará del ocho al 21 de diciembre y la segunda del 22 al 31 de diciembre.
El gobierno morenista no considera las 280 mil casas dañadas; y destaca todavía que quienes las reconstruirán son los afectados. ¡Ah, eso sí, les darán talleres para que sepan cómo hacerlo! ¡Vaya ayuda del Gobierno Federal!
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unicef) ha señalado que el impacto del huracán Otis en el corto plazo afectará la nutrición y la salud de más de 296 mil niños y adolescentes; y en el largo plazo, su preparación educativa. Incluso esperan una posible crisis sanitaria por la propagación de enfermedades como cólera, dengue o Sika, debido al estancamiento de agua.
En aspecto educativo, las autoridades estatales y federales sólo han visitado 18% de las instalaciones escolares de Acapulco y Coyuca de Benítez; pero no han levantado un censo de los planteles afectados en los demás municipios; por eso, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) alerta que hay 625 mil estudiantes, 38 mil docentes y siete mil 498 escuelas de educación obligatoria afectadas.
A un mes del siniestro no existe una estrategia clara para superar los daños que el huracán causó en el sistema educativo guerrerense. Ésta es la tercera entidad con la escolaridad más baja del país; y el 70% de sus estudiantes está en el límite del rezago académico que ya padecen.
Antes de que Otis arrasara Guerrero, ya enfrentaban una crisis de violencia delictiva generada por el crimen organizado y la entidad era considerada una de las tres más pobres y marginadas de México. Por ello es necesario que esta entidad, actualmente administrado por Morena, tenga mejores gobernantes, con una visión política diferente para que no le siga “lloviendo sobre mojado”. Por el momento, querido lector, es todo.