Mientras el gobierno de Estados Unidos construía su más reciente tramo de cercado fronterizo, México mandó su propio mensaje al colocar restos del muro de Berlín a unos pasos de distancia.
Un poroso tramo de tres toneladas de concreto yace entre una plaza de toros, un faro y el muro fronterizo, el cual se extiende hasta el océano Pacífico.
“Que sea esto una enseñanza para construir una sociedad que derriba muros y construye puentes de solidaridad y entendimiento, buscando siempre el bien común, la justicia social, la libertad y el hermanamiento,” se lee bajo la reliquia de la Guerra Fría, una frase atribuida a la alcaldesa de Tijuana Montserrat Caballero bajo el título: ‘Un Mundo Sin Muros’.
Para Caballero, al igual que los dos millones de habitantes de Tijuana, el muro fronterizo con Estados Unidos es algo personal como político, es parte de una esencia de la ciudad… y de la vida. Ella misma se considera una migrante luego de haber tenido que mudarse desde la ciudad de Oaxaca, en el sur de México, junto a su madre cuando tenía 2 años de edad, huyendo del “círculo vicioso de la pobreza, de los golpes y del anafalbetismo”.
La instalación se inauguró el 13 de agosto en una ceremonia con Caballero y Marcelo Ebrard, el exsecretario de Relaciones Exteriores que ahora es uno de los principales precandidatos a la presidencia.
Caballero, de 41 años, está casada con un iraní que se convirtió en ciudadano estadounidense y vive en Estados Unidos. Ella y su hijo de 9 años solían cruzar la frontera entre Tijuana y San Diego.
Desde junio pasado, Caballero ha vivido en un cuartel militar de Tijuana ante el argumento de que tomó medidas ante las amenazas creíbles en su contra que funcionarios de inteligencia estadounidenses le hicieron notar y bajo la recomendación del gobierno federal mexicano. Semanas atrás, su guardaespaldas sobrevivió a un intento de asesinato.
Caballero dijo que no sabe quién quiere matarla, pero sospecha de represalias tras incautar armas a criminales violentos que asedian a su ciudad.
No estamos en contra de la frontera, sino en contra de la violencia
La alcaldesa de Tijuana dijo que es innegable la necesidad de Estados Unidos para reforzar sus fronteras y ella tiene relaciones estrechas con funcionarios estadounidenses, como Ken Salazar, el embajador ante México.
Dijo que Salazar le pidió desalojar a los migrantes que instalaron un campamento con la esperanza de obtener asilo en territorio estadounidense y bloqueó el acceso a un cruce fronterizo a Estados Unidos en 2022. Ella siguió sus recomendaciones.
Cualquier fracaso en la frontera es responsabilidad colectiva de las naciones, dijo.
“No estamos contra de la frontera. Estamos contra la violencia, estamos contra la desunión de las familias, estamos contra la división, y el muro representa esto”, declaró.
Con información de AP