El jefe del Proyecto Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC) de la Unidad Xochimilco de la UAM José Antonio Ocampo Cervantes explicó las propiedades genéricas del ajolote, que tiene propiedades de regeneración para curarse por sí solo.
Sostuvo que desde 1972 se tienen reportes de investigaciones sobre los métodos de regeneración de este peculiar anfibio y su incuestionable aporte como modelo científico.
Ocampo Cervantes señaló que cuando el ambystoma mexicanum o ajolote pierde una extremidad, comienza un proceso de cicatrización con células que migran hacia la parte dañada y crean una capa de tejido que mediante la activación y desactivación de algunos genes y con la señalización de ARN mensajero, regeneran tanto tejido muscular como nervioso, óseo, piel, todo.
Esta capacidad se va modificando con el paso del tiempo, es decir, uno joven se regenera más rápido que uno adulto.
Por ejemplo, una larva en formación que mordida por otro animal tarda unos 20 días en restablecer esa extremidad, pero un ejemplar de tres o cinco años tarda meses y quizá no lo consiga en forma exitosa.
El investigador explicó que los ajolotes dorados y el rosado son razas selectivas que muestran un defecto, pero si lo que se desea es la conservación del genoma como recurso genético de México y propiedad de los mexicanos, será necesario mantener el fenotipo original, por su cualidad de regenerarse.
El consentido de la ciencia
Este anfibio es objeto de interés por parte de la medicina regenerativa, esto ya que es capaz de recuperar partes de su cuerpo perdidas, lo que lo convierte en uno de los más estudiados.
Es impresionante cómo es que puede regenerar, además de extremidades, órganos como el corazón, la retina y el hígado. Sin embargo, faltan muchos años para que estas investigaciones redunden en algún tratamiento para humanos.
Diversas instituciones científicas han experimentado con él, convirtiéndose en el consentido de los investigadores.
Lo que por ahora se busca es secuenciar su mapa genético, que es 10 veces más extenso que el del humano, esto con el fin de obtener información básica y completa sobre un animal tan fascinante.
Por ello, también se vuelve relevante trabajar en la conservación del ajolote, pues si se llegara a descifrar su labor de regeneración este descubrimiento sería muy útil a la ciencia y medicina regenerativa.