Estertor Político
Casi ahogado, con el agua hasta el cuello y permanentemente ya con ‘respiración política artificial’, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya pasó la mitad del río de su mal gobierno morenista y de Transformación de Cuarta y está a punto de terminar el cuarto año de su administración. Pero, ¿Cómo ha llegado hasta aquí?, ¿Cuál es el verdadero estado de ánimo de un mandatario que sólo ha engañado y mentido a México? o, ¿Qué pasará en los dos años finales de su gobierno y cómo los piensa terminar?
López Obrador ha empezado a mostrar su peor estado de ánimo no sólo de cuatro años de gobierno sino, quizá, el de toda su vida. A Obrador se le ha visto, en sus mañaneras y eventos públicos, con un rostro de gobernante atolondrado, de tedio, malhumorado y en completa desesperación; un mandatario olvidadizo y sin mínimo grado de responsabilidad que le dieron los mexicanos en aquel 2018 cuando su ‘compromiso’ fue que ‘primero serían los pobres’, hoy en el olvido pues a ellos se les ha calumniado, mentido y quitado programas de verdadera atención y apoyos como el Procampo, el Fonden, Escuelas de Tiempo Completo, entre otras decenas más de programas de beneficio social.
En resumen, a los mexicanos se les ha marginado más en este sexenio que en todos los anteriores.
Las familias mexicanas han sido orilladas a más pobreza y marginación total con empleo mal pagado y con un ínfimo salario que mata de hambre; además, no existe una verdadera atención gubernamental en educación, salud, obra social y menos se han atacado de raíz problemas como la pandemia del COVID-19, la migración o los desastres naturales como el de Ágatha que ya dejó al menos 50 mil damnificados en Oaxaca; hay, también, una ineficiencia total para combatir la violencia y la inseguridad que vive el país ya que el número de homicidios alcanza la cifra de 149 mil 791 personas muertas, que de continuar la tendencia, convertirá al sexenio obradorista en el más sangriento de la historia reciente.
Y entre toda la catástrofe o desastre político, social y económico, el discurso oficialista sigue siendo manipulatorio y de engaño, y es la herramienta predilecta de AMLO para engatusar a los mexicanos y perpetuarse en el poder, aprovechándose, incluso, de que el 40 por ciento de la población evita las noticias porque -según-, deteriora su ánimo y prefiere ya no enterarse de la realidad, aunque ésta sea cada vez más espeluznante. Este dato lo brinda un estudio sobre consumo de noticias que presentó Digital News Report 2022 en una encuesta realizada a 93 mil personas en mercados de España, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México; el análisis reveló que cuatro de cada 10 personas se aleja o evita las noticias importantes siendo, con más facilidad, presa de la manipulación gubernamental.
La segunda herramienta que AMLO ha usado y sobre todo cuando ‘su gobierno’ se encuentra en crisis sin salida, es “subir” a la agenda política y pública temas que le sirvan de distractores (al ladrón, al ladrón…, dice el viejo refrán), esto mediante provocación a algún actor político o social (claro, todo se opera a través de calumnias y mentiras siempre maquinadas desde la cabeza mesiánica de Palacio Nacional), de esa forma, Obrador y el gobierno fallido han intentado ocultar la culpa que tienen de que México esté en llamas y se destruya a gran velocidad, que se cae a pedazos y que por todos lados ‘chorrea sangre’ del dolor humano que sufre la población.
Un claro ejemplo de esto es lo que el presidente ha intentado hacer con el Movimiento Antorchista Nacional (MAN) prácticamente desde que comenzó la administración; él pensó que la organización política que dirige el gran líder social Aquiles Córdova Morán, que tiene presencia en los 32 estados de la República y que cuenta con una membresía que rebasa los dos millones de agremiados, iba a desaparecer como sucedió con decenas de ‘organizaciones sociales’ y que sólo bastaba decretar finalizada la labor de gestoría, que los «apoyos» fueran entregados directamente y cada que se pudiera, acusar a los grupos sociales de “vividores”, ‘intermediarios y conservadores’. Craso y grave error de AMLO.
En cada una de sus mañaneras López Obrador ha dicho entre 90 y 100 mentiras en promedio. Varias de ellas (porque nunca ha podido presentar la más mínima prueba de sus afirmaciones) se han referido al Antorchismo, a quién ha acusado de ser una organización que recibía (sic) dinero del gobierno y que sus líderes se han enriquecido (sic) con esos recursos; al respecto, tanto la vocería antorchista como la dirigencia nacional han contestado oportunamente sobre la falsedad de esos dichos y han demostrado, con documentos en mano, porque el mismísimo gobierno tiene las pruebas, que todos los recursos económicos que gestionó Antorcha para cultura, educación, obras, salud, etcétera, fue invertido directamente en las obras y se ejecutó por la misma autoridad en turno; y que ni un peso, partido por la mitad, llegó a manos de los dirigentes; entonces, ¿por qué tanta insistencia en repetir y repetir, como loro mal amaestrado, la misma frase cada cierto tiempo? La respuesta es más que obvia, buscar un distractor ante tantos atropellos contra el pueblo de México.
López Obrador, abusando de su poder político, de su investidura presidencial y de la tribuna de sus mañaneras, ha calumniado y atacado en 145 ocasiones al Movimiento Antorchista; las dos más recientes fueron el miércoles 16 y jueves 17 de junio. Ahí, otra vez, ‘la burra volvió al trigo’ y con el más vil cinismo que puede caracterizar a un político, dijo: ‘imagínense cuánto se quedaba de ese dinero que se entregaba supuestamente a los campesinos o se destinaba al campo en las organizaciones, cuánto le entregaban a Antorcha Campesina, miles de millones de pesos a todas las organizaciones…’
Al siguiente día, el jueves 17 de junio, quiso ir más lejos y subió de tono sus calumnias y mentiras: ‘Hablábamos ayer de la Antorcha Campesina, un escándalo, (¿más que el de la Casa Gris de su hijo…, más que los 150 mil homicidios dolosos del país? Agrego yo, MAC) se llevaban miles de millones de pesos cada año, de todo el gobierno, porque les daba Agricultura, les daba Desarrollo Social, desde luego manejaban vivienda, de todos lados sacaban y, si no, la manifestación. Los gobiernos estatales. ¿Y quiénes se beneficiaban? Los líderes. Entonces, ya no, esto del Fonden ya no. O sea, no programas especiales, porque además no rinde el presupuesto…’
Estas dos últimas calumnias contra Antorcha ya han sido rechazadas con oportunidad porque siempre son repetición; en ocasiones, con pocas palabras porque AMLO quizá necesita un distractor menor; en otros momentos, con un poco “más de carnita” como diría un colega periodista potosino, pero al fin mentiras orquestadas desde una mente que no puede dormir y no puede olvidar que Antorcha es la única organización que ha sobrevivido a sus embestidas gubernamentales, que ha probado ser limpia, honesta y que tiene una verdadera raigambre popular que nadie, y quizá ni los partidos políticos, la tiene; además, ha demostrado tener una estructura económica y política bien cimentada y sólida.
Por otro lado, también se ha comprobado que es la única organización que ha venido denunciando, permanentemente, las graves injusticias, atropellos y arbitrariedades que diariamente comete la 4T, Morena y AMLO. Por eso, como a las ‘babosas’ cuando se les echa sal, el presidente se retuerce y patalea porque sabe que denunciarlo y desenmascararlo es mortal para su gobierno.
En las últimas semanas y meses el mandatario no ha podido dormir a gusto. Primero, porque su jugada de comprar a la Oposición en la Cámara de Diputados para que votara su Reforma Eléctrica no le salió como esperaba y quería; segundo, no estaba seguro de que Morena ganaría Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas y tuvo que desplegar a sus corcholatas a prometer el ‘oro y el moro’, pero, sobre todo, a comprar consciencias repartiendo dinero y, en algunos casos, con amenazas a los votantes para sufragar por su partido. López Obrador y la 4T tiemblan porque en cualquier momento el país puede entrar en una nueva crisis ante la llegada de una nueva ola de COVID19; hoy, por ejemplo, se sabe que en la CDMX, en un solo día, se sumaron nueve mil 958 contagios; si hablamos de los desastres naturales, el huracán Ágatha rebasó al gobierno y dejó 50 mil damnificados que aún claman apoyos, hay 300 escuelas dañadas y más de 100 unidades médicas averiadas. Sobre la economía de México la inflación no cede y se eleva más; por otro lado, la carestía pega a diario a las familias orillándolas, prácticamente, a morirse de hambre.
¿Qué presidente no va a enloquecer ante tanto desastre social y económico? Aquí está la respuesta del por qué la manipulación, el engaño y los distractores son las armas preferidas de AMLO para ocultar su mal gobierno.
Pero el Movimiento Antorchista y sus agremiados, desde Baja California hasta Yucatán, (desde el joven estudiante, campesino, colono, maestro, ama de casa y obrero), como reza el poema de José Santos Chocano, sabe que “El ave canta, aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas”.
Los ataques contra Antorcha comenzaron desde el primer día de gira del presidente por el país y continúan a pesar de todas las aclaraciones y respuestas puntuales que se han hecho; esto demuestra que se trata de una orquestada, abusiva y premeditada campaña desde el poder presidencial contra un grupo de mexicanos que le reclaman que cumpla lo que prometió en campaña.
Por estas razones, Antorcha, su militancia y los mexicanos (ya decepcionados de la 4T) que se están sumando, llaman una vez más a todo el pueblo, a los 126 millones de mexicanos para que, en uso de su derecho constitucional, se informen, organicen y luchen por un país justo, sin pobreza y sin abusos de poder. López Obrador, sus ataques y su mal gobierno pronto quedarán en el bote de la basura de la historia mexicana y mundial. Esa será la venganza y la mejor justicia para Antorcha pero, sobre todo, para todo el pueblo de México que hoy sufre y llora inmerecidamente. Por el momento, querido lector, es todo.