La CDMX está a la vanguardia en muchos temas, menos en el transporte público concesionado, pues la mayor parte está al borde de la quiebra, por lo que exigen un ajuste a la tarifa para modernizarse.
Los cerca de mil 800 concesionarios que conforman la Asociación Enlace de Transportistas (ETA) de la capital, buscan obtener hasta cinco pesos de aumento. Lo anterior ante el contexto inflacionario, que tiene prácticamente a ese sector al borde de la quiebra.
Gabino Ortega, líder de la Organización ETA, manifestó que es insostenible continuar con las deficiencias tarifarias, porque las aportaciones que ha hecho el gobierno por cuestiones de pandemia, como los vales de combustible, fueron sólo paliativos que en nada ayudaron, pues se entregaron para grupos específicos.
Eso no permitió mejorar el transporte, que en la CDMX merece estar en los primeros niveles del mundo.
“Sí a los paros, pero no que te lleven con engaños a recibir limosnas, no. Que nos pongan una tarifa a la altura de todos los estados de la República Mexicana. En la CDMX las cosas no son gratis, son caras igual que en todos lados, y eso no permite mejorar el transporte”, señaló Gabino.
Consientes de las dificultades económicas
Los concesionarios y operadores se dijeron consientes de las dificultades en la economía nacional; sin embargo, autobuses, microbuses y vagonetas, carecen de los elementos necesarios; no sólo para modernizarse, sino par prestar un servicio de calidad y poder realizar los 16 millones de viajes que diariamente se realizan en ese transporte.
Los aumentos en el combustible y demás insumos han traído como consecuencia el inminente incremento en la operación y costos de mantenimiento como refacciones; neumáticos; sistemas eléctricos; así como en el pago de seguro, revista, tenencia, concesión y tarjeta de circulación, que en el día a día merman los ingresos de concesionarios y operadores.
“Los incrementos a la tarifa desde 1997 han sido insuficientes para mantener a la red de transporte público concesionado más grande de todo el país, y pese a esa circunstancia negativa, los transportistas continuamos dando servicio oportuno a abajo costo y las 24 horas del día sin dejar de la do a nuestros usuarios”, dijo.
Reconoció que si bien la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, ha hecho esfuerzos por invertir en el transporte que dependen del gobierno, los concesionarios quedaron al margen de esas decisiones.
“Parece que el objetivo es desaparecer lo que todos conocemos como rutas; pero que son el sostén de miles de familias y de apoyo enorme a mujeres; hombres; niños y ancianos, y personas de todos los niveles para llegar a los sitios donde el transporte del gobierno no servicio”, finalizó Gabino Ortega.