Esténtor Político
Ayer fueron héroes, hoy son enemigos del Estado: el personal de salud, aquel mismo que salvó vidas durante las olas más trágicas de la pandemia. Pareciera absurdo, sin embargo, el gobierno de Oaxaca, con Alejandro Murat Hinojosa y el Gobierno Federal, con Andrés Manuel López Obrador, han ignorado por completo la demanda de basificación de más de tres mil médicos que se quedaron sin empleo al ser despedidos, aunque la pandemia continúe y se observe ya la tercera ola de COVID-19.
El diario nacional Reforma, del 12 de septiembre, menciona en la nota del periodista Jorge Ricardo que “ochenta veces al menos, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha repetido su promesa de basificar a más de 80 mil trabajadores de la salud que laboraban por contratos desde antes de 2018” lo que refleja que las mentiras de AMLO no son nuevas.
Y la nota menciona más, que “luego les prometió lo mismo a los 20 mil contratados durante el COVID-19; pero unos y otros se han quedado esperando e incluso sin empleo”. Claramente, observamos que el problema es delicado y profundo y que lo viene arrastrando como una simple promesa de campaña, olvidándose de que ahora él es presidente y que debe cumplir con sus promesas con un sector que ha sido el más afectado económica, psicológica y laboralmente.
Recordemos que hasta el 29 de septiembre de este año, los trabajadores de salud se organizaron en la Coordinadora de Sindicatos de Salud de Oaxaca para marchar por justicia laboral a pesar de que en los hospitales haga falta personal, y donde las enfermedades están a la orden del día. A casi tres meses de plantón, las autoridades siguen ignorando las demandas de los médicos.
Sin embargo, la ola de corrupción, que tanto prometió acabar, continúa porque los médicos han denunciado que sus claves no correspondían con lo que ellos desempeñaban, pues varias tienen plazas de personal administrativo, de limpieza o afanadores cuando en realidad son médicos o enfermeras, situación en su sueldo se reflejaba una desigualdad salarial conforme a lo establecido por la ley.
Por otro lado, las declaraciones que los médicos hacen contradicen las declaraciones del Secretario de Salud de Oaxaca, Juan Carlos Márquez Heine, porque él mismo reconoció que hay un déficit presupuestario de mil 600 millones y debían recurrir al despido para entregar “la casa limpia (de corrupción)” al termino del mandato de Alejandro Murat. Pero… el despido ha sido masivo, tanto que decenas de hospitales se han quedado con solo el 47% de toda su matrícula y sin medicamentos.
La paciencia para los oaxaqueños y sus médicos se acaba, 87 días de plantón y de espera han sido mucho tiempo para no resolver una necesidad elemental que es obligación del Estado: el derecho a la salud de más de dos millones de personas en pobreza extrema de la entidad.
Por esa razón, una representación de médicos despedidos acudió a la mañanera de AMLO; fueron a Palacio Nacional para exigir que les regresen sus empleos, fuentes de su economía para su familia. AMLO tendría que dar la cara a sus mentiras, pero muy seguramente no los tomará en cuenta y los va a ignorar. A tres años de gobierno, el sector salud es el más golpeado con los recortes presupuestales, totalmente lo contrario al sistema nórdico que tanto prometió en campaña
La 4T no solo es enemiga de la educación, también de la salud. El Gobierno Federal y el gobierno de Oaxaca juega con la vida de los mexicanos y en especial la de los oaxaqueños. Alejandro Murat sigue al pie de la letra las ordenes para no enojar al ‘redentor’ y que le otorgue una embajada o un puesto como a muchos otros gobernadores salientes.
Hay, se nota a muchas leguas, un pacto de impunidad que nada bueno les traerá a ambos gobiernos, y tarde o temprano tendrán que pagar sus malas decisiones. Por el momento, querido lector, es todo.