El diputado local Diego Garrido lanzó un exhorto a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, para que ponga un alto a las invasiones de predios y destrucción del suelo de conservación.
Lo anterior, dijo, ante la abrumadora omisión de Marina Robles, secretaria del Medio Ambiente y alcaldes de Morena, quienes, a través de esta práctica, hacen negocios con tierras ajenas.
“Hay grupos que son una mafia y se dedican a ubicar terrenos para invadirlos a plena luz del día en los últimos tres años; esto pasa en la zona de pueblos en Tlalpan, ejidos de Tláhuac y en lugares de siembra de Milpa Alta”, apuntó.
Garrido dijo que ha tenido diversos encuentros con campesinos y familias ejidatarias de varias alcaldías, principalmente del sur de la capital, en donde le han expresado que estos grupos destruyen zonas arqueológicas y de conservación como ‘La Ciénega’, en Tláhuac.
Según los afectados, son los Panchos Villas y Antorcha Campesina, los pioneros del robo de tierras y se han instalado en varias alcaldías del sur.
Tala clandestina y violencia
De acuerdo a los testimonios, en esos espacios invadidos se ejerce la tala clandestina y violencia contra los propietarios que reclaman sus terrenos.
“Y las alcaldías de Morena no reportan nada mientras se destruye el suelo de conservación, lo que debe tener la máxima atención en el contexto del cambio climático”, expuso.
Diego Garrido añadió que el cuidado de áreas protegidas es simple discurso, porque en los hechos hay abandono y destrucción. “En San Juan se vendió más de 100 hectáreas y en el pueblo de Mixquic está ya es una práctica; invadir, adueñarse y vender a terceros. Las alcaldías deben intervenir sin miedo”.
Los campesinos pusieron como ejemplo que en Tláhuac, el alcalde Ernesto Romero Elizalde es gestor de este tipo de mecanismos para invadir tierras, lo que le resulta redituable económicamente para su grupo político, y la secretaria Robles, “es omisa y no mete las manos por nada ecológicamente hablando”.