Arrancó la primera audiencia del mayor juicio por corrupción, malversación y lavado de dinero en la historia del Vaticano, donde comparecerá por primera vez como imputado un cardenal, Angelo Becciu.
En la sala de los Museos Vaticanos, el purpurado, quien fue Sustituto de la Secretaría de Estado, se juzgará junto con otros nueve acusados.
El tribunal, presidido Giuseppe Pignatone, determirá si la Santa Sede fue defraudada por un grupo de empresarios o por corrupción interna.
Los acusados se enfrentan a varios años de prisión por fraude, malversación de fondos, extorsión, lavado de dinero y abuso de poder.
Este escándalo incluye complicidades con el espionaje, paraísos fiscales y que ha generado un agujero de millones de euros en las cuentas vaticanas.
El caso además representa un reto para el papa Francisco, ya que revela el descontrol en las finanzas vaticanas.
Por ello, tuvo que iniciar una reforma interna, y de hecho saca a la luz los privilegios oscuros de varias entidades en el Vaticano.