Los jóvenes empiezan a beber cada vez a edades más tempranas y son los niños quienes más consumen alcohol para socializar, debido a la falta de información y de educación de sus padres, consideró Luis Berruecos Villalobos, académico de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Sin embargo, cada vez más niñas empiezan a beber antes que los niños, como lo demuestra un estudio realizado recientemente el cual señala que, a diferencia de hace una década cuando de cada 10 personas que consumían alcohol, cuatro eran mujeres, ahora son entre seis y siete.
“Es muy raro encontrar este problema en las primarias, quizá encontramos thinner o inhalantes, pero es en la secundaria cuando empieza de manera abrupta, violenta y fuerte; y quienes más beben son los hombres”, apuntó.
Sin embargo, dijo, no puede hablarse de alcoholismo entre los niños, ya que esta enfermedad no es instantánea, sino que tarda en aparecer.
“El sujeto va cayendo paulatinamente en la segunda etapa de consumo adictivo, no responsable, esto es, que empieza a beber de una manera exagerada por un periodo no mayor a 15 años cuando es inminente el padecimiento de cirrosis hepática”, sostuvo.
Difícil identificar alcoholismo
El investigador del Departamento de Relaciones Sociales y pionero en el estudio del consumo de alcohol y sus aspectos culturales en México, explicó que en ocasiones no es tan simple identificar el síndrome de la dependencia a las bebidas embriagantes, el cual conlleva pérdida del empleo, despilfarro de dinero, desintegración familiar o abandono.
“Los suicidios, homicidios o accidentes de tránsito son otros riesgos consecuencia de ingerir en exceso, pues 90 de cada 100 incidentes viales están relacionados con el consumo de alcohol”, refirió.
Al dictar la charla ‘Alcoholismo. Una enfermedad socialmente aceptada’, el académico reprobó que hasta hace unos años sólo existieran 120 de los cinco mil psiquiatras en el país, especialistas para tratar a los 30 millones de enfermos.
También resulta fundamental, dijo, destinar mayores recursos a la formación de más personal especializado en nutrición y medicina, dado que este es un problema que debe atacarse desde una visión multidisciplinaria.
El especialista propuso la impartición de programas de educación para secundaria y cursos para padres de familia y refirió que la UAM brinda diplomados sobre adicciones de 25 horas semanales durante un año.
“A la falta de información, de educación para padres y carencia de cuadros médicos suficientes, hay que añadir que no hay lugares suficientes para atención –más allá del Consejo Nacional contra las Adicciones– así como que las campañas de los consorcios cerveceros no respetan el horario nocturno para anunciar sus productos nocivos para la salud”, aseveró.