Esténtor Político
Lara Arreguín era una joven argentina, estudiante de medicina y tenía 22 años; el 21 de mayo se le vio recostada en el piso de un hospital, ya estando muy mal; le costaba trabajo respirar, estaba muy débil y se ahogaba. Su madre narró que “varias veces insistió para que la ingresaran (a cama del hospital) porque ya se estaba desmayando. Nos dejaron en un pasillo, donde pasaban pacientes con o sin Covid”. Lara me dijo: ‘me voy a acostar en el piso’” y de ahí, aunque fue atendida muchas horas después, debido al colapso hospitalario en ese país, perdió la vida.
Como Lara millones de estudiantes del mundo corren riesgo. Desde marzo del 2020 al menos mil 370 millones de jóvenes y niños fueron afectados por el cierre de escuelas y universidades en 138 países, tres de cada cuatro alumnos en todo el mundo se quedaron sin clases por el enclaustramiento; también, alrededor de 60.2 millones de maestros podían trabajar de manera presencial.
A más de un año de la pandemia el regreso a clases se ha vuelto bandera de muchos mandatarios del mundo; y en cada nación se ponen las condiciones y se evalúa si eso es posible o no, aun y cuando decenas de médicos, especialistas y expertos han hecho recomendaciones y sugerencias de que no es posible aún. Por ejemplo, en Europa o Estados Unidos ya ha permeado la idea de que mantener cerradas las escuelas por mucho tiempo no resultará benéfico para las generaciones de jóvenes.
América Latina es la región donde más tiempo han permanecido cerradas las instituciones; y eso tiene que ver porque es la zona donde más se ha ensañado la pandemia y donde los gobiernos se han visto rebasados. En esta región más de un millón de personas han muerto, de acuerdo a datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cuya titular, Carissa F. Etienne, ha dicho que “esta pandemia está lejos de haber terminado y que golpea duramente a América Latina”; además de lamentar que las vacunas solo hayan llegado al 3% de la población. En América Latina “casi el 89% de las muertes de la región se produjeron en cinco países: Brasil (44.3%), México (22.1%), Colombia (8.3%), Argentina (7.3) y Perú (6.7%)”.
En cada país del mundo hay particularidades. El presidente Joe Biden prometió que antes de sus primeros 100 días de gobierno los colegios tendrían clases presenciales a pleno rendimiento; esto no fue posible y sólo el 46% de los colegios funcionan cinco días a la semana, aunque es cierto que el 76% tienen alguna lección presencial.
México, por iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), abrió escuelas en Campeche, Nayarit y otros entidades como una prueba piloto para retomar las clases. A la par se comenzó a vacunar a maestros y a parte del personal educativo; pero jamás se contempló a los estudiantes, situación que ha comenzado a causar malestar e inconformidad entre la población.
El regreso a clases de manera presencial en México es un fracaso evidente de la 4T y de AMLO, pues en días pasados la Secretaría de Salud de Campeche informó del contagio de una profesora y el gobierno decidió que la escuela se cerrara durante dos semanas para proteger a alumnos y a docentes.
La misma suerte corren municipios de Nayarit pues el regreso a clases de Yesca, Huajicori y Del Nayar, que estaban programado para el lunes 24 de mayo se suspendió hasta nuevo aviso.
Ante estos hechos de incertidumbre, de qué pasará con la educación mexicana y la preocupación de los mexicanos si López Obrador insiste en regresar a clases presenciales sin vacunar, el 24 de mayo unos tres mil estudiantes pertenecientes a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios ‘Rafael Ramírez’, realizaron una marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México y a Palacio Nacional; su demanda, que el gobierno lopezobradorista no sea irresponsable y agilice la vacunación entre los jóvenes estudiantes, al menos en un 70% en todo el país para que el regreso a clases sea seguro.
El grito de los jóvenes fenerianos ocupó decenas de espacios informativos, digitales e impresos de México.
Llamó también la atención que la inconformidad tuvo eco en diarios del mundo como el diario español El País o el francés France 24, quienes dieron voz a la denuncia juvenil; otro hecho de relevancia es que en la red social Twitter el hashtag #RegresoAClasesEsHomicidio logró colocarse en el primer lugar de las tendencias de las redes sociales.
El diario francés publicó que “El grupo, compuesto por adolescentes, jóvenes y padres de familia, marchó por avenidas principales de la capital hasta reunirse en el Zócalo… portando carteles y banderolas con demandas tales como ‘Regreso seguro a clases’”.
Por su parte el diario español, con una fotogalería de ocho imágenes de la magna protesta, le dio espacio a líder de los estudiantes, Isaías Chanona, quien declaró que: “Creemos que es un homicidio en contra de los estudiantes y de la población general”.
El grito de inconformidad de los jóvenes estudiantes no fue escuchado; el Palacio Nacional, no sólo está cercado con vallas metálicas para impedir el ingreso a quien no comulga con la 4T o quién lo denuncia por actos de injusticia y arbitrariedades; ese recinto también está ‘blindado’ con una ‘burbuja’ donde nadie escucha las reclamos del pueblo pobre, ahí nadie entiende que la realidad es otra y que los jóvenes piden regreso a clases, pero que antes se vacune a un 70% de la población estudiantil.
Tres mil estudiantes protestaron en la CDMX y otros realizaron mítines políticos en entidades como Oaxaca, Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Estado de México e Hidalgo. Está claro que ellos no quieren ver truncados sus sueños profesionales como le sucedió a la joven argentina Lara Arreguín. Saben, y tienen claro, que en México los jóvenes estudiantes no quieren un regreso a clases homicida. Por el momento, querido lector, es todo.