Lara Arreguín era una joven argentina que tenía 22 años y era estudiante de medicina; el viernes 21 de mayo se le vio recostada en el piso de un hospital, ya estando muy mal; le costaba trabajo respirar, estaba muy débil y se ahogaba. Su madre narró que “varias veces insistió para que la ingresaran (a cama del hospital) porque ya se estaba desmayando. Nos dejaron en un pasillo, donde pasaban pacientes con o sin COVID”. Lara me dijo que quería acostarse y le pregunté al de seguridad si podía recostarse en una camilla del pasillo, pero nos dijo que no. “Me voy a acostar en el piso», me dijo y de ahí, aunque fue atendida después de muchas horas, esa tardanza en la atención médica, debido al colapso hospitalario en ese país, fue determinante para que perdiera la vida.
Como Lara millones de estudiantes del mundo corren riesgo. Se supo, desde marzo o abril del 2020, que al menos mil 370 millones de estudiantes fueron afectados por el cierre de escuelas y universidades en 138 países, cifra que representó que tres de cada cuatro niños y jóvenes en todo el mundo se quedaban sin clases por el enclaustramiento ante la pandemia de COVID-19; también se sabía que alrededor de 60.2 millones de maestros en el mundo tampoco podía trabajar de manera presencial en las aulas.
Tras rebasar el primer año de la pandemia, ya en pleno 2021, en muchos países el regreso a clases se ha vuelto bandera de muchos mandatarios; y en cada nación se ponen las condiciones y se evalúa si eso es posible o no, aun y cuando decenas de médicos, especialistas y expertos han hecho recomendaciones y sugerencias. Por ejemplo, en Europa o Estados Unidos ya ha permeado la idea de que mantener cerradas las escuelas por mucho tiempo no resultará benéfico para las generaciones de jóvenes.
América Latina es la región donde más tiempo han permanecido cerradas las instituciones; y eso tiene que ver, desde luego, porque es la zona donde más se ha ensañado la pandemia y, también, donde los gobiernos se han visto rebasados para la prevención, atención y, en la última etapa, la vacunación del COVID-19. Se ha informado que en AL más de un millón de personas han muerto de acuerdo a datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cuya titular, Carissa F. Etienne, ha dicho que “esta pandemia está lejos de haber terminado y está golpeando duramente a América Latina”, además de lamentar que las vacunas solo hayan llegado hasta ahora al 3% de la población y que la mayoría de países de la región dependen de los vaivenes en las existencias globales para recibirlas. Un dato alarmante es que “casi el 89% de las muertes de la región se produjeron en cinco países: Brasil (44,3%), México (22,1%), Colombia (8,3%), Argentina (7,3) y Perú (6,7%)”.
En cada país del mundo hay particularidades. El Presidente estadounidense Joe Biden prometió que antes de llegar a sus primeros 100 días de gobierno, los colegios tendrían clases presenciales a pleno rendimiento; esto no fue posible y al día de hoy no se ha cumplido ese deseo y sólo el 46% de los colegios funcionan cinco días a la semana, aunque es cierto que el 76% tienen alguna lección presencial. En los países desarrollados, como el mencionado, puede ayudar que “las escuelas pueden brindar instrucción en personas con un nivel de riesgo muy bajo cuando los protocolos de seguridad se implementan con éxito”, tal y cono lo aseguró Brandon Guthrie, profesor de salud global y epidemiología de la Universidad de Washington.
Lamentablemente esto no sucede en México porque los protocolos de seguridad son muy malos o no existen, en el país no se hacen las pruebas suficientes y la vacunación aún no llegan a los estudiantes; el gobierno morenista de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tuvo la ‘iniciativa’ de abrir escuelas en Campeche, Nayarit y otros entidades como una prueba piloto de que ya se podrían retomar las clases. A la par se comenzó a vacunar a los maestros y a una parte del personal educativo; pero jamás se contempló a los jóvenes estudiantes, situación que ha comenzado a causar malestar e inconformidad entre la población.
El regreso a clases de manera presencial en México es un fracaso evidente de la 4T y del gobierno morenista, pues en días pasados la Secretaría de Salud de Campeche informó del contagio de una profesora y el gobierno decidió que la escuela se cerrara durante dos semanas para proteger a 54 alumnos y dos docentes. La misma suerte corren municipios de Nayarit pues el regreso a clases de Yesca, Huajicori y Del Nayar, que estaban programado para el lunes 24 de mayo se suspendió hasta nuevo aviso, esto luego de que el semáforo cambió para regresar a color amarillo.
Ante estos hechos de incertidumbre de qué pasará con la educación en México y la preocupación de los mexicanos si López Obrador insiste en regresar a clases presenciales sin vacunar, ayer en la Ciudad de México unos tres mil estudiantes pertenecientes a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios ‘Rafael Ramírez’, realizaron una marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México y a Palacio Nacional; su demanda, que el gobierno lopezobradorista no sea irresponsable y agilice la vacunación entre los jóvenes estudiantes, al menos en un 70%, en todo el país para que el regreso a clases sea seguro.
El grito de los jóvenes fenerianos ocupó cientos de espacios informativos, con fotografías y notas, en diarios digitales e impresos de México. Llamó también la atención que la inconformidad tuvo éco en diarios del mundo como el diario español “El País” o el diario francés ‘France 24’ quienes dieron voz a la denuncia juvenil; otro hecho de relevancia es que en la red social twitter el hashtag #RegresoAClasesEsHomicidio logró colocarse en el primer lugar de las tendencias de las redes sociales.
El diario francés, al levantar la información, publicó que “El grupo, compuesto por adolescentes, jóvenes y padres de familia, marchó por avenidas principales de la capital hasta reunirse en el Zócalo -la plaza de armas donde se erige el Palacio Presidencial- portando carteles y banderolas con demandas tales como regreso seguro a clases y “Estudiantes en pie de lucha por la vacunación». Por su parte el diario español, con una fotogalería de ocho imágenes de la magna protesta, le dio espacio a líder de los estudiantes Isaías Chanona quien declaró que: “Creemos que es un homicidio en contra de los estudiantes y de la población general”.
Sin embargo, el grito de inconformidad de los miles de jóvenes estudiantes no fue escuchado; el Palacio Nacional, donde sí todos los días el mandatario López Obrador enfurece, ataca, condena, sataniza y calumnia a quienes cree son sus adversarios, no sólo está cercado con vallas metálicas para impedir el ingreso a quien no comulga con la 4T o quién lo denuncia por actos de injusticia y arbitrariedades; ese recinto también está ‘blindado’ con una ‘burbuja’ donde nadie escucha las reclamos del pueblo pobre, donde nadie entiende que la realidad es otra y que hoy los jóvenes sí piden regreso a clases pero que antes se vacune a un 70% de la población estudiantil.
Tres mil estudiantes protestaron ayer en la CDMX y otros realizaron mítines políticos en entidades como Oaxaca, Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Estado de México e Hidalgo. Esta claro que ellos no quieren ver truncados sus sueños profesionales como le sucedió a la joven argentina Lara Arreguín; y saben, y tienen claro, que en México los jóvenes estudiantes no quieren un regreso a clases homicida y por eso exigieron al gobierno federal y a su titular López Obrador escuche y atiende la petición; incluso, dejaron muy claro que la denuncia y el movimiento estudiantil crecerá hasta que sea escuchado y atendido.
Por eso miles de universitarios, preparatorianos, estudiantes de secundaria y primaria seguirán sumándose; pero, además, existe el respaldo de los padres de familia y de miles de maestros. López Obrador no debería ignorarlos, al menos que quiera echarle más gasolina al fuego que ya incendia y destruye a nuestro gran México. Por el momento, querido lector, es todo.