Autoridades de Miami Beach impusieron un toque de queda con el fin de evitar las aglomeraciones de multitudes de turistas estadunidenses que se volcaron a las playas de esta ciudad.
A partir del pasado sábado 20 marzo y hasta el 12 de abril, los visitantes deberán abandonar las calles y los restaurantes tendrán que cerrar sus puertas a las 20:00 horas.
Además, los tres puentes que conectan la isla con tierra firme (Miami) estarán cerrados al tráfico a partir de las 22:00 horas. Solo tendrán paso los residentes, los trabajadores y los huéspedes de los hoteles.
“Esto es un asunto de seguridad pública”, dijo el administrador interino de la ciudad, Raúl Águila, al anunciar las medidas.
La decisión viene luego de semanas de intensa fiesta en Miami Beach, que no es ajena a las multitudes incontrolables de turistas: todos los años, en marzo, esta pequeña isla aloja a miles de estudiantes de todo el país que vienen a pasar las vacaciones de primavera.
El año pasado, decenas de jóvenes viajaron a la ciudad ignorando las recomendaciones al inicio de la pandemia.
“Pero este año el volumen es claramente mayor que en los años anteriores”, dijo el alcalde, Dan Gelber.