Un gran iceberg de unos mil 270 kilómetros cuadrados se desprende de la Antártida a casi 10 años después de haberse detectado las primeras grietas en el hielo.
Este desprendimiento equivale aproximadamente al tamaño de la zona metropolitana de Londres.
El bloque de hielo se sitúa a menos de 20 kilómetros de la estación británica Halley VI, donde trabajan 12 científicos que fueron evacuados con anticipación a mediados de febrero.
“Nuestros equipos llevan años preparándose para que un iceberg se desprenda de la plataforma de hielo de Brunt”, explicó la directora del centro de investigación polar British Antarctic Survey (BAS), Jane Francis.
Se trata del tercer gran abismo que se ha formado en la última década en la plataforma Brunt, que es la protuberancia flotante de glaciares que han fluido de la tierra hacia el mar de Weddell, al sur del Océano Atlántico.
“O el iceberg se aleja, o encalla y se queda cerca de la plataforma de hielo de Brunt”, señaló
Vigilancia
El equipo vigila la falla con una red automatizada de instrumentos GPS de alta precisión alrededor de la estación y manda los datos a la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, de acuerdo al BAS.
“Nuestro trabajo ahora es vigilar de cerca la situación y evaluar cualquier impacto potencial de este desprendimiento en la plataforma de hielo restante”, afirmó el director de operaciones del BAS, Simon Garrod.
El icerberg tiene un tamaño considerable, pero no alcanza al A-68A, que se desprendió en julio de 2017 de la plataforma de hielo Larsen C, en el lado occidental del mar de Weddell.
El A-68A, cuya trayectoria podría llevarle a aguas de la isla de San Pedro, en el océano Atlántico Sur, se ha roto en diversos pedazos y se derrite a una tasa media de unos 2.5 centímetros diarios, lo que hace que su forma sea siempre cambiante y que tenga que ser monitoreado constantemente.