Esténtor Político
Los factores que más calamidades y dolor causan al pueblo de México son tres, y son tan claros como la luz del sol: El primero, que está en la mente de los 126 millones de mexicanos, es la terrible pandemia de COVID-19 que ya ha infectado a más de dos millones de personas y cobrado la vida, según cifras oficiales, de más de 180 mil personas, aunque científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otros especialistas aseguran que el número real de fallecidos se acercaría al millón, y el de los contagiados a los 60 millones; es decir, cinco de cada 10 mexicanos.
Sin embargo, la autoridad federal encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) –asesorado por el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell– ha recurrido sistemáticamente a la mentira y al engaño para ocultar su fracaso y la tragedia que enfrenta el país, como hasta ahora puede observarse en la pésima estrategia de vacunación.
El segundo factor es la crisis económica, derivada tanto de los errores del gobierno de AMLO como del confinamiento generado por la crisis sanitaria y que ha vertido en un aumento de la pobreza que hoy azota a cerca de 100 millones de mexicanos, entre los que al menos el 41% (cuatro de cada 10) percibe ingresos económicos con los que no pueden adquirir la canasta alimentaria y se hallan en situación de pobreza laboral.
A este problema se suma el aumento del desempleo, sobre el que incluso el banco español BBVA informó que este año sería necesario crear al menos 800 mil plazas de trabajo para regresar al nivel previo a la crisis endémica. Sin embargo, la pérdida de empleos en febrero de 2021, si permanece en lo que resta del año, podría ser mayor a la de 2020, cuando se reportó la pérdida de 792 mil empleos, aunque el Gobierno Federal asegure que ha generado ya 61 mil empleos eventuales frente a la pérdida de 13 mil permanentes.
La pérdida de empleo permanente a causa de la pandemia es el más relevante, con 661 mil puestos de trabajo menos con respecto a febrero de 2020, y 131 mil menos en el caso del empleo eventual. La pandemia trajo un aumento en la precarización del empleo y la pérdida del empleo ha generado más estragos, además de los provocados en la dieta familiar; pues afecta también el desarrollo educativo, la salud y el esparcimiento.
El tercer factor de la crisis actual está en el plano político, y deriva de la pérdida de confianza de los ciudadanos hacia las autoridades federales, estatales y municipales. La clase política en México ha caído en el desprestigio y con frecuencia es exhibida por sus intentos de engañar y manipular a los electores, solicitando su voto a cambio de promesas que olvidan apenas acceden al puesto al que aspiran; ya en el poder, ocultan los hechos económicos, políticos y sociales a la población, le mienten o simplemente la engañan al ofrecerle apoyos superficiales como solución a sus dificultades; tal es el caso de la distribución de recursos monetarios que no resuelven problemas cruciales como el desempleo, la inseguridad, la mala calidad educativa o las deficiencias en el sistema público de salud, que se han agudizado en los días que corren a causa de la pandemia del COVID-19.
Cada trienio o sexenio se repite la burla y candidatos de todos los colores regresan a los núcleos urbanos y rurales a solicitar el voto popular, después de haber ignorado la existencia de la población y sus necesidades durante años. Por décadas, los ciudadanos han confiado una y otra vez en las promesas de los candidatos y los funcionarios; pero su situación nunca ha mejorado; por el contrario, la pobreza es aterradora, los problemas sociales abundan y son más graves cada vez.
Las muertes por la pandemia, la pobreza extrema y el descrédito de los gobernantes y políticos de México cada vez son mayores y el pueblo ignorado, manipulado y burlado cada vez los repudia más. En junio de este año habrá elecciones federales para renovar la Cámara de Diputados y locales en prácticamente toda la República (en 15 entidades se va a elegir gobernador y en 30 se renovarán los congresos locales) y éstas ofrecen la oportunidad para que el pueblo de México despierte; la grave crisis social, económica y política por la que atraviesa nuestra nación debe impedirle cometer de nuevo el error de votar por Morena, el partido del Presidente. Ningún candidato que haya faltado a su palabra tiene derecho a recibir el voto ciudadano. Por el momento, querido lector, es todo.