La Agencia Noruega de Medicamentos informó que –hasta el 14 de enero- se registraron 23 muertes ‘asociadas con la vacuna contra el COVID-19 fabricada por Pfizer-BioNtech‘.
A través de un comunicado, Sigurd Hortemo, médico jefe de la Agencia aseguró que las reacciones comunes a la vacuna pueden ser fiebre y náuseas.
Sin embargo, las personas mayores de 80 años y los enfermos terminales pueden estar en riesgo de sufrir efectos secundarios fatales tras vacunarse.
Este hecho convierte a Noruega en el primer país en lanzar advertencias sobre la vacuna contra el Coronavirus fabricada por Pfizer y BioNtech.
“Todas las muertes que ocurren durante los primeros días de la vacunación se evalúan cuidadosamente. No podemos descartar que las reacciones adversas a la vacuna que ocurren dentro de los primeros días después de la vacunación (como fiebre y náuseas) pueden contribuir a un curso más grave y un desenlace fatal en pacientes con una enfermedad subyacente grave”, dijo la Agencia.
Piden calma
Por su parte, Pfizer señaló que trabaja, junto con BioNTech y el ente regulador de Noruega, para investigar los decesos.
“Las autoridades noruegas han priorizado la inmunización de los residentes en hogares de adultos mayores; la mayoría de los cuales son muy ancianos con afecciones médicas subyacentes y algunos con enfermedades terminales”, dijo Pfizer en un comunicado. Agregó que “el número de incidentes hasta ahora no es alarmante y está en línea con las expectativas”.
Asimismo, las autoridades noruegas hicieron un llamado a mantener la calma.
Cabe destacar que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos aseguraron que las reacciones alérgicas a las vacunas contra el COVID son relativamente raras.
Por ello, expertos coinciden en señalar que los beneficios de la vacuna, aún con sus posibles efectos secundarios, son mayores frente a la situación sanitaria que vive el mundo.