El productor estadounidense Phil Spector, quien revolucionó la música pop de la década de 1960, falleció a los 81 años a causa del COVID-19.
El Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California detalló que Spector fue declarado muerto el sábado y la causa oficial de su muerte será determinada por el médico forense.
Sin embargo, Reuters señaló que falleció por complicaciones del COVID-19, que contrajo en prisión, lugar donde se encontraba por el asesinato de una actriz.
De acuerdo, con la fuente fue diagnosticado desde hace cuatro semanas y murió en el hospital, donde había sido trasladado.
Spector fue uno de los productores más aclamados de la música moderna, y creador del ‘muro de sonido’, desde 2009 cumplía condena en una prisión de California por el asesinato de la actriz Lana Clarkson.
El excéntrico productor labró su fama en la industria discográfica a las sombras de las carreras de Tina Turner, The Beatles y los Righteous Brothers, y creó una técnica llamada “muro de sonido”, una orquestación y apoyo de bajos exuberante y densa que fue clave en las grabaciones de rock.
Lana Clarkson, la actriz a la que Spector mató
Lana Clarkson, protagonista de Barbarian Queen fue encontrada muerta a tiros en el vestíbulo de la mansión de Spector en las colinas que dominan la Alhambra, en las afueras de Los Ángeles.
Hasta la muerte de la actriz, Spector sostuvo que había sido fue un ‘suicidio accidental’.
Según testigos, la actriz había accedido, algo a regañadientes, a acompañarlo a casa desde el House of Blues de Sunset Strip en West Hollywood.
Horas antes del amanecer del 3 de febrero de 2003, Spector salió de la casa con una pistola, las manos manchadas de sangre y le dijo: “Creo que maté a alguien”.
Más tarde les diría a sus amigos que Clarkson se había suicidado.
El caso estaba lleno de misterio, y las autoridades tardaron un año en presentar cargos. Mientras tanto, Spector permaneció libre con una fianza de un millón de dólares.
Décadas antes, Spector había sido aclamado como un visionario por canalizar la ambición wagneriana en la canción de tres minutos.
Así, creo lo que se conoció como el muro de sonido, que fusionaba armonías vocales enérgicas con lujosos arreglos orquestales para producir monumentos pop, como ‘Da Doo Ron Ron’, ‘Be My Baby’ y ‘He’s a Rebel’.