La inmunidad entre las personas que se recuperaron del COVID-19 se mantiene entre seis y nueve meses.
Además, se protege frente a un posible segundo contagio, según el Grupo de Trabajo Multidisciplinar (GTM) encargado de asesorar al Ministerio de Ciencia español en materias científicas relacionadas con la COVID-19.
El virólogo Mariano Esteban, responsable del grupo de vacunas del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Desde el inicio de la crisis, el GTM elaboró una docena de informes en los que recopila gran parte de la literatura científica que se ha generado durante este tiempo y en los que ha plasmado numerosas recomendaciones.
El último, referido a la inmunidad protectora y la reinfección, explica que, según la evidencia, en la mayoría de las personas infectadas se produce una activación del sistema inmunitario, con producción de anticuerpos neutralizantes y activación de linfocitos T.
Según los datos disponibles, esos anticuerpos se van reduciendo con el tiempo, decreciendo a partir de los tres meses, aunque pueden persistir a niveles bajos durante al menos 6 meses, mientras que los linfocitos T de memoria pueden mantenerse durante más tiempo.
En cuanto a los casos de reinfección contabilizados en los últimos meses, afirman que dado que ya se han infectado decenas de millones de personas en todo el mundo, las reinfecciones pueden considerarse ‘muy escasas’ y de poca transcendencia clínica.
Pero como aún no se sabe cuánto dura la protección conferida por la primera infección, ni la que generan los diferentes tipos de vacuna que se están ensayando, este aspecto “debe tenerse muy en cuenta”, para vigilar la aparición y consecuencias clínicas de reinfecciones en personas mayores y otros grupos de la población vulnerables o con otras patologías, avisa el informe.