Idealizar a la pareja y restar importancia a conductas agresivas en una relación permiten la instauración poco perceptible de violencia. Esta violencia puede ser psicológica, física, sexual, económica y digital, pues su propósito es mantener el control y poder sobre el otro.
Así lo consideró Brenda Paola Méndez Romero, orientadora académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, en el marco de la Jornada Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 25N.
“La violencia en las relaciones de pareja es un tema que suele minimizarse, toda vez que se le considera una situación normal. Sin embargo, es un fenómeno social que contribuye a generar patrones de agresión dentro de una unión sentimental”, dijo.
Al participar en la charla ‘El amor no es como lo pintan’, sostuvo que el ser humano elige pareja por satisfacción, pero cuando esa emoción empieza a tornarse en miedo, tristeza, enojo y conflictos, se impide una sana interacción y resulta difícil salir de ese ciclo de violencia, “porque nos enganchamos en la fase de luna de miel, cuando el agresor se muestra arrepentido”. Un círculo vicioso que suele repetirse.
Ante ello, sugirió que quienes viven esa situación busquen apoyo psicológico vía telefónica o platiquen con un tercero para identificar, desde una perspectiva diferente, si las situaciones que se están dando son violentas.
Puntualizó que se requiere comunicación, honestidad, confianza, apoyo, respeto, libertad e identidad propia. “Es importante entender que quizá antes de conocerse, cada uno tenía diferentes mundos y que en una relación sentimental debemos compartir un pedacito de nuestros mundos”.
Se necesita, dijo, una deconstrucción de la relación de pareja. “Ya partir de nuestro propio conocimiento y sentir, generar una idea de lo que se quiere y necesita, qué características debe reunir el otro, pero también qué límites que se van a poner. Eso es importante definir”.
Violencia en la UNAM
En tanto, Berenice Cano Santos, también orientadora de la FES Aragón, destacó que desdichadamente también en la comunidad universitaria se presentan estas relaciones tóxicas, donde impera la violencia de género. Pero los universitarios en esa situación no están solos, la Universidad trabaja para brindarles apoyo y, de manera conjunta, encontrar soluciones.
Para ello, recordó, la UNAM hizo el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género. Para elaborar este este documento participaron especialistas, académicos y la comunidad estudiantil. Aquí se establece políticas institucionales para la prevención, atención, sanción y erradicación de casos de violencia de género en la institución.
Exhortó a la comunidad universitaria a visitar el portal de la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género (https://www.defensoria.unam.mx), para saber cómo actuar en casos de violencia de género.
Según sea el caso, se canalizará con una psicóloga o abogada especializadas en perspectiva de género.