La crisis económica actual se puede entender como un momento de interrupción del proceso normal de acumulación y valorización capitalista que se manifiesta en los procesos de producción, distribución y comercio, expuso el maestro Miguel Ángel Barrios, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)
La actividad económica en México, medida por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), no ha logrado aún el nivel del año 2000 y mucho menos los de 2008 o 2009, precisó el profesor del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco.
No obstante, en los últimos cuatro meses ha mostrado una recuperación, después del desplome de abril y mayo pasados.
“En este momento tenemos una relativa confianza para decir que nos estamos rehabilitando”, señaló al participar en el ciclo de conferencias De la Metro en el Metro a la Metro en la Red.
A finales de 2019, el conjunto de las actividades terciarias mostraba un índice de actividad de 120 puntos y en la actualidad de 108, aunque había bajado a 97 en el segundo trimestre, mientras que –de acuerdo con el número de asegurados en el IMSS– la cifra de empleados se redujo en junio y en octubre, aún faltaba para volver a la situación de hace un año.
México padece una crisis de salud por las limitaciones para atender con eficiencia el problema sanitario.
“No es adecuado entrar en comparaciones con otros países porque tenemos características propias, eso no debe traducirse en una crítica hacia el gobierno, sino en un llamado de atención a la sociedad para superar ciertas adversidades”.
Las dificultades en ese sector se evidencian en las más de un millón cien mil personas infectadas y los más de cien mil fallecidos por el padecimiento que provoca el virus SARS-CoV-2, de acuerdo con los reportes oficiales, pero además la sociedad mexicana ha sido golpeada en materia de empleo y remuneraciones.
Sin embargo, mucha gente vive al día y para poder comer debe salir a trabajar, sobre todo en el sector informal o el autoempleo, que son distintivos del mercado laboral nacional.
El maestro Barrios puntualizó que la economía es un campo del conocimiento de las ciencias sociales.
Pero la realidad no puede ser estudiada estrictamente desde un manual o un juicio de valor vinculado a un método de investigación, además de que “lo que nos aqueja en este momento histórico está caracterizado como un fenómeno multidimensional que ha venido a cambiar la forma de ver el desarrollo de la sociedad”.
México posee un conjunto de relaciones económicas que se debe identificar para explicar los acontecimientos desde un marco teórico metodológico con diferentes dimensiones de análisis que “los especialistas valoramos desde el punto de vista económico y financiero, pero existen los ámbitos político, cultural, tecnológico y otro que se ha sumado de manera importante, que es el de la salud”.
Si bien el sistema financiero acarreaba problemas a escala planetaria antes del COVID-19, la emergencia los ha profundizado, pero “no soy partidario de que nos ha llevado a una crisis económica ni de lo contrario, pues sería una sin razón afirmar que una cuestión económica llevó a una de salud”.
Los vínculos en la materia también llegan a tener un carácter pandémico, debido a que los procesos normales de acumulación capitalista y los sectores productivos no se van a liberar de los efectos de la enfermedad por la alta interconexión.
El país se encuentra en una triple disyuntiva: económica, sanitaria y social, ya que la primera está integrada por variables interrelacionadas.
La inversión y la producción son determinantes, en virtud de que al haber una habrá la otra, generando empleo, que también se traducirá en mejores salarios y repercutirá en un incremento del comercio.
“No olvidemos que México se encuentra en un panorama internacional donde lo que pasa en los ramos financiero y económico nos afectará por los nexos mundiales, como se evidenció con el cierre de las fronteras que complicó el traslado de mercancías e insumos”.