Esténtor Político
Fiel a su máximo Sensei, AMLO, y siguiendo su pésimo ejemplo a nivel nacional, Miguel Barbosa está dispuesto a usar su poder, no le hace que viole y tuerza la ley, al usar las instituciones estatales incluidas la legislatura local, para imponer “nuevas reglas” que en lugar de ayudar a los poblanos para aliviar o combatir sus principales problemas, los incrementa; eso sucede ahora en Puebla con “La nueva Ley de Presupuesto” que el gobierno poblano pretende imponer para controlar el gasto público, las obras y la contratación de personal en los municipios. Barbosa quiere y pretende “matar” la figura municipal.
De acuerdo al artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: el municipio es la base de la división territorial; y de la organización política y administrativa de los estados que contempla que cada municipio será gobernado por un ayuntamiento de elección popular directa; además dice que: “los recursos que integran la hacienda municipal serán ejercidos en forma directa por los ayuntamientos; o bien, por quien ellos autoricen, conforme a la ley”; se entiende, también los recursos que les destina la Federación y cada estado.
Pero más allá de lo legal y de lo jurídico, la figura de los municipios es de suma importancia para los mexicanos toda vez que es la autoridad local más cercana a los ciudadanos, es la primera instancia con la que los ciudadanos tienen contacto, incluso, es la más susceptible para dar voz y escuchar a los ciudadanos. Estaríamos hablando, entonces, aunque sea en hipótesis o teoría, que los municipios, son quienes mejor conocen las necesidades de la población y de las familias.
También, por conclusión, la autoridad municipal tiene un papel relevante entre la sociedad; es ella, como primer instancia, el canal inicial de comunicación de los pueblos, colonias y barrios hacia los gobiernos estatales y el federal; ellos, los presidentes municipales, también tienen la responsabilidad de canalizar las demandas, sentimientos, propuestas y necesidades de los ciudadanos, para que se den respuestas y soluciones positivas; tales como atención a la demanda de obras en sus comunidades en educación, salud, vivienda, drenaje, alumbrado público, cultura o deporte, etc.
Si el vínculo entre el Gobierno Federal o estatal con los gobiernos municipales no fuera para quitarles recursos públicos, si fuera de un apoyo real hacia la población (sin dejar de lado, desde luego, que la autoridad local haga su propia tarea), la situación en el país podría cambiar; sin embargo, lo ordinario es ver que el gobierno federal o estatal quieran manejar, al antojo y a los caprichos del gobernante en turno, los apoyos y recursos que le corresponden a los municipios, así se ve y se aprecia ahora con el morenista Miguel Barbosa.
Con su “nueva Ley de Presupuesto y Gasto Público” que se presentó al Congreso de Puebla, se permitirá al Ejecutivo controlar, a capricho y gusto, el presupuesto, la contratación de personal y la obra pública, en los poderes Legislativo y Judicial, órganos autónomos, los 217 Ayuntamientos y dependencias. ¿Cuál es la intención y la pretensión de Morena y su pésimo gobernante en Puebla?, ¿Es la Cuarta Transformación, con esto, una verdadera opción para los poblanos?
La iniciativa, que muy probablemente será aprobada debido a la sumisión que tiene la Legislatura local ante el gobierno morenista, plantea que el programa presupuestal de las dependencias, municipios y descentralizados, estará sujeto a la autorización y vigilancia del gobierno estatal, a través de la Secretaría de Planeación y Finanzas.
Dicho en otros términos, Barbosa va a decidir qué obras se deben realizar y ejecutar en cada municipio y quién la debe realizar; pasando así por alto la opinión de los presidentes municipales y sus representados que, como ya dijimos, son los que saben a detalle porque ahí viven, qué obras y qué necesidades son las prioritarias.
Barbosa asfixiará y matará a los municipios; de aprobarse esa “nueva ley”, antes de que algún municipio modifique su presupuesto deberá contar con la autorización del poder estatal y cada peso que destine a obra pública a través del rubro de “Gastos de Inversión” deberá estar justificado y también aprobado por el ejecutivo.
La iniciativa mortal para los municipios ingresó el martes 13 de octubre al Congreso y fue enviada a comisiones para su análisis. Cabe resaltar que estas disposiciones entrarían en vigor al día siguiente de su publicación en el Periódico Oficial; por lo que operarían en la recta final de este 2020 y, desde luego, tendrían completa validez en el 2021 electoral; además de que absolutamente todo se va a regir con la famosa, pero muy fallida, austeridad del gobierno de la Cuarta Transformación.
Tan sólo en materia de obra pública se establece que “las obras públicas deberán cumplir con el aval del Ejecutivo y regirse por el Estatal de Desarrollo…”, y dichas obras van a dar prioridad a las empresas locales en las licitaciones; “así como de las adquisiciones, arrendamientos y prestaciones de servicios de cualquier naturaleza”. En este último aspecto se observa que la corrupción en Puebla jamás se va a eliminar y ahora tendrá el permiso del gobernador.
En México los derechos ciudadanos se van sepultando conforme avanza el fracasado sexenio de AMLO y la 4T; el Gobierno Federal apenas lleva dos años y el mandatario nacional ya no sabe qué hacer con el país; y no encuentra por ningún lado la atención y solución de los principales problemas. Las figuras visibles del gabinete, como Hugo López-Gatell, conocido gracias a la pandemia de COVID-19, se limitan a decir que por la influenza habrá al menos 30 mil muertes más; sobre la economía mexicana ya el Fondo Monetario Internacional auguró una muy leve mejoría para el 2024; pero ni una década sería suficiente para remontar la crisis.
Puebla, con la “nueva Ley de Presupuesto” que impondrá Barbosa, volverá a arder y seguirá siendo sometida por un poder dictatorial e inepto; bien harían los 217 alcaldes municipales alertar a sus gobernados de este nuevo atropello y estocada mortal; los principales afectados serán los cerca de 7 millones de poblanos. Otra vez, aún estamos a tiempo, aún se puede evitar, alertar y denunciar este nuevo «crimen» de Miguel Barbosa y la Cuarta Transformación. Por el momento, querido lector, es todo.