La amistad es una relación altamente reforzante que permite generar lazos y liberar oxitocina. También entran en juego neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y hay una disminución de la hormona del estrés, lo que nos ayuda a sentirnos relajados y con expectativa con el otro.
La tecnología juega hoy un papel importante en salud, comunicación y amistad, por lo cual es necesario usar las nuevas herramientas de comunicación para mantener la interacción social y disminuir la ansiedad causada por el confinamiento.
El académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, Hugo Sánchez Castillo habló del aislamiento y consideró que es una situación altamente estresante para los humanos, en la que suben los niveles de ansiedad; además, durante la emergencia sanitaria se confunde el distanciamiento social con aislamiento.
“Tenemos que adaptarnos a nuevas cuestiones e interacciones sociales. Los estudiantes hablan del ‘Zoomestre’, o la ‘Zoomfiesta’ y hemos empezado a ver cómo nos vamos adaptando, pero aún queda mucho camino por recorrer”, dijo.
El especialista del Departamento de Psicobiología y Neurociencia de la mencionada entidad académica añadió que si bien mediante los nuevos instrumentos de comunicación no es posible abrazar a los amigos o familiares, sí ayudan a verlos y escucharlos.
“El manejo emocional no es sólo una cuestión de contacto físico, sino visual y auditivo”, recalcó.
El experto universitario indicó que se debe aceptar el uso de las tecnologías como una nueva forma de sociabilización y disfrutarla, ya que no regresará la condición previa a la pandemia por la COVID-19.
Remarcó que ahora deben ser relevantes para los adultos mayores que han sido confinados de manera más restrictiva. De igual manera, para los niños quienes fueron separados de sus amistades, a quienes necesitan en procesos importantes como el juego.
La tecnología, refirió Sánchez Castillo, también ayuda a comunicar a pacientes con sus familiares; y a quienes quedaron varados en otros países por la pandemia.
“En Europa hubo momentos muy crudos. Hubo personas que sabían que iban a fallecer, pero no podían exponer a sus familiares a una situación de alto riesgo de contagio y la tecnología jugó un papel primordial porque podían ver al paciente mediante una tableta y platicar con él fue una como un ritual de despedida”, expuso.
Y añadió: “Tenemos que aceptar que somos humanos y tenemos problemas y utilizar las herramientas tecnológicas para hacer lo mismo que hacíamos con nuestros amigos: hablarles cuando estoy de buenas, pero también cuando tengo un problema, para sentirme libre”.
Expuso que incluso el uso de la tecnología se extendió a la atención de la salud mental.
“Si no puedo regular la emoción, si me siento estresado, que se están incrementando mis niveles de ira, es importante saber que puedo contar con atención por estos medios”, remarcó.
Lo anterior es necesario para evitar situaciones más peligrosas, ya que durante el confinamiento también aumentó la violencia intrafamiliar contra las mujeres, niñas y niños.
“Esto significa que el aislamiento ha puesto condiciones en las que fácilmente han explotado estos problemas”, concluyó.