Ante la propagación masiva del COVID-19 en todo el territorio nacional, los crecientes decesos, y la inestabilidad económica que se agrava considerando la actual recesión, México afronta las próximas fases de la contingencia con una potencial crisis sanitaria que pronto dará paso a la social, aseguró el Alejandro Desfassiaux, experto en temas de seguridad.
“La emergencia sanitaria corre el riesgo de convertirse en una social. Veremos aumento de saqueos generalizados por electrodomésticos, joyas y efectivo en la fase tres, que se caracteriza por abundantes contagios comunitarios, pero lo más grave vendrá en la fase cuatro, donde presenciaremos una transmisión sostenida de la enfermedad aunada a la falta de dinero en los bolsillos de los ciudadanos, cuando comenzarán desafortunadamente los saqueos de productos de primera necesidad como alimentos y medicinas” pronosticó el también presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.
De acuerdo a cifras del Coneval, se estima que la emergencia sanitaria en México dejará alrededor de 10 millones más de pobres, lo cual fortalecerá la delincuencia común y también al crimen organizado como consecuencia de la falta de empleos y la hambruna que ya comienza a mostrarse en algunos puntos del país como la Ciudad de México y Acapulco, en donde a pesar del riesgo que implica romper el protocolo de la sana distancia indicado por la Secretaría de Salud, el hambre y la falta de liquidez económica ha llevado a la población a hacer largas filas en los comedores comunitarios.
Parroquias del centro de la CDMX también han abierto comedores e incluso centros nocturnos y antros en Jalisco se han convertido en comedores comunitarios temporales. Algunos comedores del país han llegado a contabilizar la realización de hasta 500 porciones de comida al día, indicó.
“La situación es complicada y podría agravarse tal y como sucedió en Italia, donde se presentaron diversos saqueos de alimentos porque sus ciudadanos se quedaron sin dinero para subsistir. En otro caso, en redes sociales alemanas algunos grupos extremistas instaron a la población a realizar ataques a la infraestructura de suministro de energía porque argumentaban que pronto se quedarían sin provisiones”, apuntó.
Alejandro Desfassiaux comentó que además de las medidas sanitarias, el Gobierno Federal debe reaccionar oportunamente para otorgar beneficios económicos emergentes y fiscales a las empresas, como prórrogas en el pago de Seguro Social, ISR e IVA, lo que les permitirá garantizar la continuidad de sus operaciones y al menos un salario mínimo a sus empleados hasta que disminuya la gravedad de la pandemia, que no será corta, según ha dicho Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud.
Ante los pronósticos del Consejo Coordinador Empresarial que estiman que podrían perderse alrededor de 800 mil empleos por la emergencia sanitaria, se prevé que el aumento de saqueos obligará a los supermercados a dotarse de vigilancia especializada, siendo la seguridad privada un sector indispensable para complementar las labores de seguridad pública como la vigilancia remota de cajeros automáticos, accesos y pasillos de las principales tiendas de autoservicio y abarrotes del país, plantas de producción de alimentos y bebidas, entre otros.
“Por otro lado, es importante resaltar que la aplicación del Plan DN-III-E por parte del Ejército Mexicano y el trabajo conjunto con la Guardia Nacional, serán factores clave en la instalación de un cerco sanitario que salvaguarde la integridad de la ciudadanía, y eso es positivo pero no es suficiente hasta que no se extirpe el cáncer que representan las policías estatales y municipales que agravan la situación de la inseguridad y no ayudan en nada en el tema de los saqueos, debido a que son ineficientes, corruptas y no se les ha puesto mano dura además”, finalizó.