La falta de descenso de los testículos se presenta, en promedio, en tres por ciento de los nacidos que llegan a término, con un embarazo de 40 semanas. Sin embargo, cuando son prematuros, la criptorquidia incrementa su incidencia hasta en 30 por ciento.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atiende mediante intervención quirúrgica o con tratamiento hormonal a aquellos pacientes con criptorquidia, es decir, la ausencia de uno o ambos testículos en la bolsa escrotal.
Lorenzo Pérez Molina, coordinador de Programas Médicos de la División de Gestión Intra y Extra Institucional, explicó que al sexto o séptimo mes de gestación, los testículos se forman dentro del vientre, bajan por el canal inguinal y toman su posición en el saco escrotal.
Incluso, en los tres primeros meses de vida, estas glándulas pueden descender de manera natural a su lugar, pero si el testículo permanece fuera, ya se considera criptorquidia.
En este caso, refirió que una o las dos gónadas pueden quedarse en el trayecto, en el canal inguinal, arriba de la bolsa o dentro del abdomen.
Detalló que para atender este padecimiento, el tratamiento quirúrgico, denominado orquiopexia, es la primera opción para bajar los testículos a su lugar, antes de los 18 meses de edad.
Sin embargo, cuando existe otra enfermedad que contraindique la cirugía, se recurre a un tratamiento hormonal, explicó Pérez Molina.
«La criptorquidia se presenta por inmadurez, cuando el bebé nace antes de tiempo y bajo de peso; cuando tiene la edad adecuada, pero presenta bajo peso, desnutrición in-útero; o por diabetes, consumo de tabaco, alcohol, cafeína u otras drogas, en el caso de la madre».
Otros factores que determinan este padecimiento, resaltó, son los ambientales, por exposición a plásticos, herbicidas, pesticidas y aditivos para conservar alimentos.
El doctor Pérez Molina comentó que los testículos deben estar en la bolsa escrotal para mantenerse a una temperatura ambiente menos caliente que el resto del cuerpo. Al no hallarse en el lugar adecuado, estos pacientes pueden desarrollar cáncer, incluso infertilidad en la etapa adulta.
Desde que el paciente nace, los pediatras que reaniman al bebé, revisan malformaciones, respiración y las bolsas escrotales, entre otros factores. Si éstos no se hallan en su sitio, debe informarse a la mamá y esperar tres meses, con seguimiento en la Unidad de Medicina Familiar o con el pediatra, recomendó.
Al detectar la enfermedad, el paciente es referido al segundo nivel de atención para el procedimiento quirúrgico, con seguimiento cada dos años hasta la adolescencia, concluyó.