“Actualmente sabemos que las dietas altas en grasa y carbohidratos favorecen la inflamación celular lo cual, a su vez, activa un estrés a nivel de las células, lo que puede aumentar el riesgo de formación de tumores”, advirtió la doctora Ruth Pedroza, integrante del grupo académico Hablemos Claro.
El grupo Hablemos Claro está conformado por científicos expertos en tecnología de alimentos y ciencias de la salud y cuenta con un sitio de divulgación científico http://hablemosclaro.org/ que brinda información con evidencia científica para apoyar a los lectores en la toma de decisiones del ámbito alimentario.
En este sentido, la doctora Pedroza Islas señaló que los ácidos grasos esenciales son lípidos vitales para la salud que nuestro organismo no produce por sí mismo, los cuales deben obtenerse por medio de la alimentación.
“Existen dos familias de ácidos grasos con múltiples enlaces dobles: los Omega 6 y los Omega 3, éstos últimos son indispensables para la salud del corazón y para evitar enfermedades relacionadas con procesos de inflamación, como la diabetes tipo 2, la artritis reumatoide, entre otras”, añadió.
Acidos grasos escenciales para el desarrollo
La también profesora-investigadora de Ingeniería de Alimentos en la Universidad Iberoamericana detalló que de los ácidos grasos esenciales sobresale el llamado ácido docosahexaenoico (DHA), que está presente en nuestro tejido cerebral y en las membranas celulares.
Recientes investigaciones han establecido su importancia en el proceso de aprendizaje de los niños, e incluso se ha demostrado que consumir DHA puede reducir significativamente el riesgo de padecer cáncer de mama en mujeres con obesidad debido a sus propiedades aintiinflamatorias[iv].
“Actualmente, el DHA se recomienda a mujeres embarazadas ya que es clave en el desarrollo visual, cerebral y del sistema nervioso del bebé. Al consumir DHA, las mujeres embarazadas tienen como beneficio la prevención de eclampsia (aparición de convulsiones o coma)”, subrayó.
En este sentido, hizo un llamado a los mexicanos a incluir en la dieta alimentos ricos en “grasas buenas” como el arenque, anchoveta, jurel, la sardina y la trucha, al menos dos veces por semana, tal como lo recomienda la Asociación Americana del Corazón (AHA por sus siglas en Inglés).
“Para nosotros, como investigadores, resulta interesante la dieta de los esquimales, la cual se resume en un alto consumo de grasas y proteínas, con escasas porciones de verduras y carbohidratos; lo sorprendente es que esta población está libre de enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Esto se debe a las grandes cantidades de ácidos grasos esenciales en su dieta”, mencionó la doctora Pedroza.
Para finalizar, recomendó comer periódicamente, pescados grasos o bien suplementos que nos ayuden a alcanzar la dosis mínima recomendada de 0.5 gramos al día de omega-3.