En México, la sordera es el defecto congénito más frecuente que existe y factores como la falta de diagnóstico temprano y la no intervención con dispositivos auditivos en recién nacidos, podría impactar en el desarrollo del aprendizaje del menor.
De acuerdo a información del vocero de Cochlear, Octavio del Moral González, en nuestro país viven alrededor de 12 millones de personas con esta discapacidad y el 2.33 por ciento de estos tiene sordera profunda y cada año nacen entre dos mil y seis mil niños con sordera congénita.
Explicó que en regiones como Yucatán, se tiene una incidencia de 4.4 de cada mil habitantes con esta discapacidad; mientras que en Zacatecas, se reportan cuatro de cada mil; Baja California, 1.7 y con respecto a Chiapas 1.9.
En ese sentido, resaltó la importancia de efectuar una detección oportuna, pues de no realizarse se condicionaría directamente en el desarrollo del aprendizaje de quien cuente con este mal.
Señaló que en México existen cuatro millones 749 mil 57 personas analfabetas de las cuales, 34.8 por ciento cuenta con una discapacidad auditiva, de estos, el 31.2 por ciento vive en un medio rural y el 80.6 se atiende en el IMSS.
La importancia del Tamiz Auditivo
Por este motivo recomendó a los padres de los recién nacidos que soliciten el tamiz auditivo en los diversos sistemas de salud para una mayor prevención en el desarrollo de su recién nacido, debido a que uno de cada tres recién nacidos por cada mil padecen algún daño auditivo.
En el caso de hipoacusias infantiles, comenta que 80 por ciento son permanentes y en su mayoría están presentes al momento del nacimiento.
Sin embargo, “el oído es el único órgano de los sentidos que puede ser reemplazado de manera exitosa”.
Resaltó que un programa de detección oportuna de la pérdida auditiva es muy importante para una adecuada amplificación que permite desarrollo normal del lenguaje afectivo, social y comunicativo.
Al respecto, subrayó que los padres del menor tienen el derecho de solicitar el tamiz auditivo para su recién nacido, el cual consiste en una prueba que a través de tecnología médica especializada y no invasiva permite el diagnóstico de pérdida auditiva.
Comentó que esta afección puede ser intervenida según el grado y esta se efectúa a través de dispositivos auditivos convencionales (auxiliares auditivos) o implantables (implantes cocleares, implantes osteointegrados y de oído medio), que permiten una habilitación auditiva.
En casos como la hipoacusia profunda neurosensorial, resaltó que las células ciliadas se encuentran dañadas o disminuidas en número, de manera que no pueden transmitir adecuadamente los impulsos eléctricos al nervio auditivo y la respuesta por medio de un auxiliar auditivo, es pobre o nula.
En casos como este, explicó que es conveniente la colocación de un implante coclear, diseñado para estimular el nervio auditivo a través de estímulos eléctricos, y una adecuada habilitación o rehabilitación del lenguaje, permitiendo así una audición dentro de parámetros de normalidad.
Es posible tener una vida conectada
Cuando la pérdida auditiva es detectada a tiempo, refiere que puede tratarse de manera adecuada, permitiendo así que el paciente lleve una vida conectada al mundo de los sonidos.
Por lo que destacó la importancia consultar a un experto que pueda presentarle al paciente todas las opciones con las que cuenta y así tomar una decisión adecuada de tratamiento de acuerdo a sus necesidades.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo, cada año nacen 800 mil niños con hipoacusia bilateral y se reporta una incidencia de alrededor de 278 millones de personas con hipoacusia moderada a profunda de las cuales, un cuarto del total, comienza en la niñez.